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muerte por sobredosis

Muerte por sobredosis

Testimonio: Mi sobrino tuvo muerte por sobredosis, Ahora todos en la familia están enojados y culpando a quien pueden.

Antonio era un adicto a la heroína, todos los sabían. Eso nunca estuvo en duda. El problema se agravio cuando se murió su madre y todos en la familia estaban dolidos y tristes. Nadie tenía la fuerza para ayudarle ya que la pérdida fue realmente gigantesca.

Al ver que las cosas no mejoraban con Antonio su padre decidió llamar a un profesional para que hiciera una intervención.  Por cosas del destino, la intervención no funciono como se esperaba y Toño, como siempre insistió que él no tenía problemas, que cuando él se decidiera dejaría sus drogas, que él no necesitaba ir a ninguna institución o clínica para tratar sus adicciones.

Intervención

La persona que hizo la intervención le dejo saber muy claro a Antonio y a toda su familia que estaba presente que nadie le iba a ayudar, que no se podía quedar en la casa de la familia y que si el decidía no tomar la ayuda que le ofrecían, no tendría el apoyo de nadie para nada. Le dijo muy claro que el estaría en la calle, sin dinero, ni techo o comida.

Al parecer, esto solo logro fortalecer la terquedad del muchacho y endurecer el corazon de su padre y de sus hermanos. El puente de comunicación se terminó de romper, la distancia se hizo muy grande y Toño no encontró nada que lo pudiera inspirar a curar su enfermedad.  Nadie tenía tiempo para ayudarlo, después de todo, él no tenía intención de hacer nada por sanar su condición.

Pocos días después, Toño apareció en casa de su padre, robándose dinero de su cartera y sin planearlo, su padre llego a verlo momentos antes de que el pudiera desaparecer de la casa… Gritos, amenazas más frustración de ambos. La situación no era muy agradable, de hecho el coraje del padre de Toño crecía, ya que su impotencia de poderlo entender se hacía cada vez más grande. Además ya no vivía su madre que lo protegiera, ni nadie que pudiera medio que mediar la situación. Las cosas eran más difíciles y mucho más rudas.

Antonio salió de casa de su padre jurando nunca volverlo a ver, su padre imposibilitado por poderlo ayudar se cerró en su mundo, solo y sin una buena compañia que lo pudiera hacer sentir mejor.

Lo que nadie quisiera escuchar…muerte por sobredosis

Pocos días más tarde, un jueves por la noche recibieron una llamada de una persona desconocida, el cual dijo que su hijo Antonio había fallecido en casa de unos amigos. Que simplemente no se despertó después de la siesta que tuvo. Cuando entraron al cuanto, encontraron toda la parafernalia que la adicción involucraba. Sus nuevos amigos estaban muy asombrados ya que Toño el nuevo amigo nunca les comento de su problema.

En fin, Antonio hoy descansa finalmente, después de haber tenido una vida tormentosa, una vida llena de tristeza y mucho dolor, dicen por allí, que cuando Toño no estaba intoxicado, se la pasaba llorando. Su soledad e incomprensión del mundo y de las personas le eran intolerables.

La primera reacción del padre al saber que su hijo había tenido una muerte por sobredosis fue no quiero saber nada de él, sin embargo inmediatamente hizo los arreglos para obtener el cuerpo y poderlo enterrar dignamente. Sus hermanos, algunos enojados algunos incrédulos y hasta una de sus hermanas negando la situación comento, que ella estaba segura que Antonio estaba limpio que él había prometido dejar las drogas desde el día de la intervención.

Todos enojados, culpando, unos a los otros y furiosos con la vida, con las clínicas que no lo habían ayudado, con las malas amistades, estaban enojados porque no pudo respetar la memoria de su madre, molestos por su poco amor a la vida. El dolor los hizo estallar en reproches, resentimientos y en peleas entre todos.

Todo el dolor y peleas no sirven hoy de nada, Antonio murió joven, solo y sin nunca haber podido encontrar una razón suficientemente buena para vivir.

Culpar…

¿de qué sirve?  Enojarse ¿acaso traerá algo bueno? Ahora hay que encontrar paz, fe y perdón. Es momento de sanar las heridas que esta tragedia ha dejado.  Después de todo lo que no se hace en vida… cuando uno se muere, de nada sirve, ya que los muertos no hablan.

Si tienes o conoces alguien que se encuentra en una situación similar, no permitas que termine en una tragedia como la que la familia de Antonio está pasando. Siempre hay ayuda, aun en los casos que parece que la vida es obscura y no hay nada más que hacer.

No tengas miedo ni pena cuando se trata de salvar una vida, es bueno hacer todo lo posible por hacerlo.

En Oceánica tenemos un lugar donde además de tener una experiencia invaluable, los profesionales que trabajamos aquí realmente tenemos amor y pasión por lo que hacemos. Más que nadie te vamos a enseñar que si hay luz y que todos tenemos la oportunidad de sanar y controlar cualquier tipo de enfermedad.

Recuerda no estás solo, solo tienes que tomar tu decisión, no esperes a una muerte por sobredosis.

Si necesitas ayuda contáctanos haciendo clic aquí o llamando al 55 8854 7141 con gusto te atenderemos.

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