tu plato tu espejo emocional

Tu plato, tu espejo emocional.

La ingesta de alimentos constituye un proceso de comunicación, de significados emocionales (A. Corral, 1.999.) Confundir la comida con las emociones es algo frecuente por eso tu plato, es tu espejo emocional.

Las personas, en ocasiones, recurrimos a la comida para sentirnos mejor cuando nos sentimos frustrados, ansiosos, aburridos o solos. La tristeza o la cólera son emociones que nos pueden llevar a comer sin tener hambre o a no comer cuando deberíamos hacerlo.

Tu espejo emocional y la nutrición

Durante el primer año de vida, los niños aprenden a conocer el mundo utilizando su boca. La primera relación de afecto es la que se desarrolla entre el bebé y quienes le alimentan. Así pues, se genera una relación básica que perdurará durante toda nuestra vida: el afecto y la nutrición.

Cuando el niño no recibe una adecuada atención, ya sea por exceso (ofreciendo comida ante cualquier malestar), o por defecto (negligencia), probablemente crecerá en la perplejidad y la confusión, sintiéndose incapaz de distinguir cuándo tiene hambre de cuándo está satisfecho y, en el futuro, tendrá dificultad para diferenciar entre la necesidad de alimento y otras necesidades o emociones.

También en el ámbito familiar se crean diferentes patrones de interacción en los que se utiliza la comida con fines distintos a la nutrición, puede ser usada como arma ofensiva o defensiva, como castigo o recompensa. esos patrones también impactan en tu plato y tu espejo emocional.

También los niños utilizan la comida, aunque de manera menos obvia, para oponerse al control paterno y marcar su independencia. Comer o no comer llega a establecerse como fuente de poder o como la única forma en la que se pueden expresar emociones totalmente normales como el enfado o la ira. (E. Abramson, 1.993).

Se ha demostrado que aquellos individuos que poseen avidez para comer, por ejemplo chocolate, tienden a hacerlo especialmente cuando su estado emocional se encuentra en baja forma. Habría otros nutrientes con semejante comportamiento, tales como la cafeína, el magnesio, la feniletilamina, etc., los cuales, a partir de su cualidad de comidas palatables, estimularían la liberación de endorfinas en el cerebro, lo que condicionaría alteraciones en el humor.

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Nutrióloga Karla Vanessa García

CED. 10547829.

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dr oceanica
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