¿Cuál es el momento más difícil en una rehabilitación?
Introducción
La rehabilitación es un proceso terapéutico diseñado para ayudar a las personas a superar una adicción y recuperar el control de sus vidas. Es mucho más que simplemente dejar de consumir una sustancia o realizar una conducta problemática; implica un conjunto de intervenciones médicas, psicológicas y sociales que buscan abordar tanto los aspectos físicos como los psicológicos de la dependencia; es un proceso de transformación que abarca todos los aspectos de la vida de una persona.
El momento más difícil de la rehabilitación en adicciones es subjetivo y puede variar significativamente de una persona a otra, dependiendo de diversos factores como el tipo de adicción, la duración del consumo, la personalidad del individuo y su entorno. Sin embargo, hay algunos momentos que suelen ser especialmente desafiantes para la mayoría de las personas en recuperación
Algunos de los momentos en los cuales puede haber más dificultades incluyen:
- Desintoxicación: Esta es la fase inicial, donde se elimina la sustancia del cuerpo. Consiste en la eliminación gradual y segura de una sustancia adictiva del organismo bajo supervisión médica. Este proceso permite estabilizar al individuo y reducir los síntomas físicos y psicológicos de la abstinencia.Estos síntomas pueden ser físicos y psicológicos muy desagradables, como ansiedad, insomnio, náuseas, temblores, etc. Es un proceso necesario para iniciar la recuperación.
- Deshabituación: es una fase crucial en el proceso de recuperación de una adicción que va más allá de la desintoxicación física. Mientras que la desintoxicación se enfoca en eliminar la sustancia del cuerpo, la deshabituación trabaja en la reestructuración de los hábitos, pensamientos y comportamientos asociados con la adicción.
- Reinserción social: es el proceso de volver a integrarse en la sociedad después de un periodo de aislamiento o de haber estado inmerso en un mundo dominado por la adicción. Es un paso fundamental en la recuperación y puede ser un desafío considerable. El miedo al rechazo, la culpa y la vergüenza pueden dificultar este proceso.
- Gestión de las emociones: es una habilidad esencial para la recuperación de una adicción. Las personas en recuperación a menudo experimentan una amplia gama de emociones, desde la alegría hasta la tristeza y la ira. Aprender a gestionar sentimientos sin recurrir a la sustancia es un gran desafío.
- Recaídas: es una vuelta al consumo de la sustancia o al comportamiento adictivo después de un período de abstinencia. Es importante tener en cuenta que una recaída no significa un fracaso, sino más bien una oportunidad para aprender y crecer. A pesar de los esfuerzos, las recaídas son comunes en el proceso de recuperación. Afrontar el fracaso y volver a empezar puede ser muy doloroso.
Otros factores que pueden influir en la dificultad de la rehabilitación:
- Historial de consumo: esto juega un papel fundamental en la dificultad de la recuperación. A mayor duración e intensidad del consumo, más profundas pueden ser las alteraciones a nivel cerebral y psicológico.
Las variables que generan complejidad dentro del historial de consumo son:
- Duración: Cuanto más tiempo se ha consumido una sustancia, más arraigados pueden estar los hábitos y los patrones de comportamiento asociados a la adicción. Esto hace que romper con ellos sea más difícil.
- Intensidad: La cantidad y frecuencia de consumo también influyen en la dificultad de la recuperación. Un consumo intenso y frecuente puede causar cambios más significativos en el cerebro y en la tolerancia a la sustancia.
- Tipo de sustancia: Diferentes sustancias tienen efectos distintos en el cerebro y pueden generar diferentes patrones de adicción. Algunas sustancias pueden ser más difíciles de dejar que otras.
- Trastornos comórbidos: son trastornos que coexisten con la adicción, como la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Estos trastornos pueden complicar significativamente el proceso de recuperación, lo que lleva a la complicaciones como:
- Interferencia en el tratamiento: Los síntomas de los trastornos comórbidos pueden interferir con la efectividad de los tratamientos para la adicción, dificultando la participación en terapia y el cumplimiento de los planes de tratamiento.
- Aumento del riesgo de recaída: Los trastornos comórbidos pueden aumentar el riesgo de recaída, ya que pueden generar emociones intensas que las personas buscan aliviar a través del consumo de sustancias.
- Necesidad de tratamientos combinados: Es fundamental abordar tanto la adicción como los trastornos comórbidos de manera simultánea para lograr una recuperación completa.
- Redes de apoyo: El apoyo social es un factor crucial en la recuperación de una adicción. La falta de apoyo de familiares, amigos y comunidad puede aumentar el riesgo de recaída y dificultar el proceso de cambio. Hay elementos característicos que nos llevan a que la rehabilitación sea más difícil; entre ellos están:
- Aislamiento social: La adicción a menudo conduce al aislamiento social, lo que puede dificultar la búsqueda de ayuda y el desarrollo de nuevas relaciones saludables.
- Estigma: El estigma asociado a la adicción puede hacer que las personas se sientan avergonzadas y eviten buscar apoyo.
- Falta de motivación: La falta de apoyo puede disminuir la motivación para cambiar y persistir en el proceso de recuperación.
- Estrés: es un factor desencadenante común de recaídas. Las situaciones estresantes pueden aumentar el deseo de consumir sustancias o realizar conductas adictivas como una forma de hacer frente a las emociones negativas. Lo que habitualmente nos lleva a las recaídas en torno al estrés es:
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- Eventos estresantes: Eventos como la pérdida de un ser querido, problemas financieros o dificultades en el trabajo pueden desencadenar una recaída.
- Estrés crónico: El estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la vulnerabilidad a la recaída.
- Habilidades de afrontamiento: Las personas con adicciones a menudo carecen de habilidades efectivas para manejar el estrés, lo que las hace más vulnerables a las recaídas.
Estrategias para afrontar los desafíos.
La terapia es una herramienta esencial en la recuperación de una adicción. Existen diversos enfoques terapéuticos, cada uno con sus propias fortalezas y adaptado a las necesidades individuales de cada persona.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Se enfoca en identificar y modificar los pensamientos y comportamientos negativos que contribuyen a la adicción. Ayuda a desarrollar habilidades para manejar el estrés, las emociones y las situaciones de alto riesgo.
- Terapia interpersonal: Se centra en mejorar las relaciones interpersonales y desarrollar habilidades de comunicación efectiva. Ayuda a construir un sistema de apoyo sólido y a establecer límites saludables.
- Terapia motivacional: Ayuda a las personas a reconocer los problemas causados por la adicción y a motivarse para cambiar.
- Terapia de aceptación y compromiso: Enseña a aceptar los pensamientos y sentimientos difíciles sin juzgarlos y a comprometerse con acciones que mejoren la calidad de vida.
Los grupos de apoyo, como Alcohólicos Anónimos (AA) o Narcóticos Anónimos (NA), ofrecen un espacio seguro y confidencial donde las personas pueden compartir sus experiencias, aprender de otros y recibir soporte de otros compañeros.
- Sentido de pertenencia: Los grupos de apoyo proporcionan un sentido de comunidad y conexión con otras personas que están pasando por experiencias similares.
- Aprendizaje mutuo: Los miembros de los grupos comparten sus estrategias de afrontamiento y ofrecen consejos prácticos.
- Responsabilidad: Los grupos de apoyo fomentan la responsabilidad y la rendición de cuentas.
En algunos casos, los medicamentos pueden ser una parte importante del tratamiento para la adicción en faces especificas y bajo la indicación médica adecuada.
- Desintoxicación: Los medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas de abstinencia durante la desintoxicación.
- Prevención de recaídas: Algunos medicamentos pueden reducir los antojos y prevenir la recaída.
- Tratamiento de trastornos comórbidos: Los medicamentos pueden utilizarse para tratar otros trastornos mentales, como la depresión o la ansiedad, que a menudo coexisten con la adicción.
Adoptar un estilo de vida saludable es fundamental para la recuperación a largo plazo; estos cambios pueden incluir:
- Hábitos saludables: Esto incluye una alimentación equilibrada, ejercicio regular y suficiente descanso.
- Nuevas aficiones: Desarrollar nuevas aficiones y actividades puede ayudar a llenar el vacío dejado por la adicción y proporcionar un sentido de propósito.
- Establecer límites: Es importante establecer límites saludables en las relaciones, el trabajo y otras áreas de la vida.
Conclusión.
La recuperación es un viaje personal y único para cada individuo. No existe una fórmula mágica, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Sin embargo, con el apoyo adecuado y un compromiso genuino con el cambio, es posible lograr una recuperación duradera y significativa. La recuperación de una adicción es posible y ofrece la oportunidad de una vida más plena y satisfactoria.
En Oceánica nos centramos en la rehabilitación desde un enfoque multidisciplinario, cubriendo cada una de las etapas necesarias para el proceso de desapego de sustancias, contando con áreas especializadas para acompañarte en este proceso, así como una comunidad cálida que aporta positivamente en el tratamiento.
Aunado a esto, existe un seguimiento posterior al programa de residencia el cual es un acompañamiento con profesionales en caso del surgimiento de cualquier crisis, duda o necesidad.
Lic. Edgar Reda
Terapeuta