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La ansiedad en niños y adolescentes: cómo reconocerla y abordarla

La ansiedad en niños y adolescentes: cómo reconocerla y abordarla

 

La ansiedad es una emoción natural que todos experimentamos en momentos de estrés, incertidumbre o desafío. Sin embargo, cuando esta sensación se vuelve persistente o desproporcionada, puede interferir en el bienestar y la calidad de vida, especialmente en niños y adolescentes. A lo largo de esta etapa de desarrollo, los jóvenes son vulnerables a diversas presiones, ya sea en el ámbito escolar, social o familiar, lo que puede desencadenar o aumentar la ansiedad. Reconocer y abordar la ansiedad a tiempo es clave para que los niños y adolescentes puedan llevar una vida emocionalmente saludable. En este artículo exploraremos cómo identificar los síntomas de ansiedad en los más jóvenes y cómo los padres y educadores pueden apoyarles de manera efectiva.

 

  1. ¿Qué es la ansiedad en niños y adolescentes?

La ansiedad en niños y adolescentes no siempre se presenta de la misma manera que en los adultos. Mientras que los adultos pueden ser más conscientes de sus pensamientos ansiosos, los jóvenes a menudo experimentan la ansiedad de forma más física y conductual. En términos simples, la ansiedad es una respuesta emocional a una amenaza percibida, ya sea real o imaginaria.

Aunque todos los niños y adolescentes pueden experimentar ansiedad de vez en cuando, como por ejemplo antes de un examen o al enfrentarse a una situación social nueva, cuando esta ansiedad se vuelve excesiva o interfiere con su día a día, se convierte en un trastorno de ansiedad. Los trastornos de ansiedad más comunes en niños y adolescentes incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y las fobias.

Los jóvenes pueden tener pensamientos recurrentes de preocupación o miedo, pero no siempre tienen las herramientas para expresar lo que sienten, lo que hace aún más crucial la detección temprana.

 

  1. Cómo reconocer la ansiedad en los más jóvenes

La ansiedad en los niños y adolescentes no siempre es evidente, y es importante que los padres y cuidadores sepan identificar los signos que pueden indicar que el joven está luchando con esta emoción. Los síntomas de ansiedad pueden presentarse de diversas maneras: emocionales, conductuales y físicas.

2.1. Síntomas emocionales

Preocupación excesiva: Los niños y adolescentes con ansiedad pueden mostrar una preocupación constante por situaciones cotidianas como el rendimiento escolar, las relaciones con amigos o el futuro.

Miedos irracionales: Pueden desarrollar fobias o miedos que no tienen una base lógica, como el miedo a lugares públicos o a situaciones sociales.

Sentimientos de desesperanza: Los jóvenes ansiosos a menudo se sienten abrumados y temen que las cosas no mejoren.

2.2.Síntomas conductuales

Aislamiento social: La ansiedad social puede hacer que un adolescente evite reuniones familiares, actividades escolares o salir con amigos.

Cambios en el comportamiento: Los niños que padecen ansiedad pueden volverse más irritables, retraídos o incluso agresivos.

Dificultad para concentrarse: Los pensamientos ansiosos pueden dificultar la concentración en las tareas escolares o en otras actividades cotidianas.

2.3.Síntomas físicos

Dolores inexplicables: Es común que los niños ansiosos experimenten dolores de cabeza, estómago o musculares sin una causa médica evidente.

Problemas de sueño: La ansiedad puede dificultar el sueño, ya sea por pesadillas, insomnio o una sensación constante de inquietud.

Tensión corporal: El joven puede mostrar signos de tensión muscular, como apretar las mandíbulas, o mostrar una postura rígida.

 

  1. Causas comunes de la ansiedad en niños y adolescentes

Varios factores pueden contribuir al desarrollo de la ansiedad en los jóvenes. En muchos casos, la ansiedad es el resultado de una combinación de factores biológicos, ambientales y psicológicos.

3.1.Presión académica

En la actualidad, muchos niños y adolescentes enfrentan una alta presión para tener buenos resultados académicos. Los exámenes, las expectativas de los padres o incluso la comparación con sus compañeros pueden ser una fuente constante de estrés, lo que desencadena la ansiedad.

3.2.Problemas familiares

Los conflictos familiares, el divorcio de los padres, el fallecimiento de un ser querido o los cambios significativos en el hogar pueden generar una gran ansiedad en los más jóvenes. La falta de estabilidad emocional puede manifestarse como un trastorno de ansiedad.

3.3.Redes sociales

En la era digital, las redes sociales juegan un papel crucial en la vida de los adolescentes. La presión por estar constantemente conectados, recibir “me gusta” y la comparación con las vidas de los demás pueden generar ansiedad. El bullying y el ciberacoso también son factores de riesgo en este sentido.

3.4.Factores biológicos y genéticos

Al igual que en los adultos, los niños y adolescentes pueden tener una predisposición genética a desarrollar trastornos de ansiedad. Desequilibrios en los neurotransmisores del cerebro, como la serotonina o la dopamina, también pueden influir en la aparición de este tipo de trastornos.

 

  1. Cómo abordar la ansiedad en niños y adolescentes

El manejo adecuado de la ansiedad en los más jóvenes es crucial para evitar que el trastorno se convierta en un problema crónico. Aquí algunos enfoques que pueden ser útiles:

 

4.1.Hablar abiertamente sobre la ansiedad

Fomentar un espacio seguro y sin juicios donde el niño o adolescente se sienta cómodo hablando sobre sus emociones y preocupaciones es fundamental. A veces, solo el acto de hablar sobre lo que sienten puede aliviar la tensión emocional. Es importante que no minimicemos sus preocupaciones, aunque puedan parecer pequeñas desde el punto de vista adulto.

4.2.Establecer rutinas y seguridad

El establecimiento de rutinas diarias ayuda a reducir la incertidumbre y proporciona una sensación de control. Los jóvenes que siguen un horario predecible, especialmente en cuanto a las horas de sueño y alimentación, tienen menos probabilidades de sentirse abrumados por la ansiedad.

4.3.Técnicas de relajación y respiración

Las técnicas de respiración profunda, la meditación o el mindfulness son herramientas útiles para que los niños y adolescentes aprendan a manejar los momentos de ansiedad. Enseñarles a calmarse con respiraciones profundas y conscientes puede marcar una gran diferencia.

4.4.Fomentar la actividad física

El ejercicio es un excelente remedio natural para la ansiedad. La actividad física regular libera endorfinas, que son neurotransmisores que ayudan a mejorar el estado de ánimo. Fomentar deportes, caminatas o incluso actividades recreativas puede ser muy beneficioso.

4.5.Buscar ayuda profesional

Si los síntomas de ansiedad persisten o interfieren de manera significativa en la vida cotidiana, es importante buscar la ayuda de un profesional. Los psicólogos infantiles o terapeutas especializados pueden ofrecer un tratamiento adecuado, que puede incluir terapia cognitivo-conductual (TCC) o, en algunos casos, medicación.

 

  1. ¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Aunque la ansiedad es una parte normal del desarrollo, hay situaciones en las que se vuelve necesario buscar ayuda profesional. Algunas señales de que un niño o adolescente necesita apoyo incluyen:

  • Síntomas persistentes: Si los síntomas de ansiedad continúan durante más de seis meses o empeoran con el tiempo.
  • Dificultades severas en la vida diaria: Si la ansiedad afecta su desempeño escolar, relaciones sociales o actividades cotidianas.
  • Pensamientos suicidas o autolesiones: Si el joven expresa pensamientos de daño hacia sí mismo o muestra conductas autodestructivas.

 

Conclusión

La ansiedad en niños y adolescentes es un problema que afecta a muchas familias, pero con la intervención temprana y el apoyo adecuado, los jóvenes pueden aprender a manejar sus emociones y llevar una vida plena. Reconocer los signos de la ansiedad, comprender sus causas y actuar de manera proactiva es fundamental para su bienestar emocional. Los padres y educadores tienen un papel crucial en la identificación de estos signos y en ofrecer un entorno seguro y comprensivo. No hay que temer buscar ayuda profesional cuando sea necesario; el bienestar mental de los más jóvenes es una prioridad que merece atención.

 

Terapeuta Jordi Patron.

Doctor Carlos
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