¿Por qué siento que no puedo dejar de consumir alcohol?

¿Crees que la adicción es una enfermedad?

¿Crees que la adicción es una enfermedad?

Introducción

La adicción es un tema tan antiguo y delicado, que ha originado controversias a lo largo de muchas décadas. Mientras que hay quienes la definen como moral o de voluntad, otros a nivel médico científico, la ven como crónica aquí, en el cerebro.

Este enfoque ha cambiado la forma en que entendemos, prevenimos y tratamos a dependientes. Pero, sin embargo, todavía hay quienes refutan este modelo. Adicción: ¿una enfermedad o solo una serie de malas decisiones? Se discutirán diferentes puntos de vista sobre esto y la evidencia que los respalda, así como problemas, en esta investigación.

¿Qué es la adicción?

La adicción se refiere a la búsqueda repetitiva de un comportamiento o sustancia a pesar de ser negativamente afectado. En términos más simples, su deseo de hacer algo nunca se apaga. Hay, por así decirlo, niveles en todo, algunos extremos se encuentran en la droga, el alcohol y el tabaco, mientras que otros son problemas de comportamiento como el juego, la tecnología y la comida, y así sucesivamente.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) avanza a la siguiente vinculación a trabajar la adicción como un problema por el uso de la sustancia y con indicaciones biológicas, psicosociales. Este modelo nos ayuda a ver la adicción, como un fenómeno que es complejo y afecta a millones de personas a nivel mundial.

Adicción como una enfermedad del cerebro

Desde un punto de vista científico, la enfermedad llamada adicción daña ciertas estructuras y funciones del cerebro, especialmente el sistema de recompensas, que incluye regiones como el núcleo accumbens, la amígdala y la corteza prefrontal.

Estos circuitos pueden volverse disfuncionales con los diferentes patrones de consumo o comportamientos y resultar en un bajo control de la restricción y un aumento del deseo.

Se sabe que la adicción depende de factores genéticos, neurológicos y ambientales. Por ejemplo, varios individuos tienen lo que se llaman factores de riesgo genéticos que pueden ponerles en mayor riesgo. Además, experiencias adversas en la vida o el contacto temprano con drogas también pueden tener un gran impacto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) así como el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) consideran la adicción como una enfermedad porque está asociada con cambios físicos/químicos en las estructuras del cerebro.

Este entendimiento ha llevado al desarrollo de mejores opciones de tratamiento.

¿Es realmente una enfermedad?

Mientras que la medicina tiene hoy en día el monopolio de la verdad, hay quienes critican la idea de clasificar la adicción como una enfermedad. Por ejemplo, algunos sostienen que tal enfoque puede exonerar a las personas de las decisiones que toman y puede instigar dependencia en la medicina o en los fármacos. Según dicha interpretación, ya etiquetando la adicción como una enfermedad podría también obstaculizar la capacidad de las personas para tomar decisiones activas respecto a su recuperación.

Por otro lado, también se plantea que centrar las adicciones desde la biología permite silenciar cuestiones sociales y culturales que también están presentes en el desarrollo de las adicciones, como la pobreza, la marginación o el estrés.

Por ejemplo, en comunidades con altos índices de desigualdad, el consumo de drogas puede ser más un asunto ornamental que una derivación de los genes de la persona.

¿Qué significa en la práctica el concepto de la enfermedad en adicción?

El mismo concepto que estima que la adicción es enfermedad ha propulsado el desarrollo de modalidades de tratamiento en medicina, como la terapia cognitivo-conductual, programas de doce pasos y suministro de medicamentos para reducir el craving y la abstinencia. Tales enfoques admiten que la recuperación se extiende por largo tiempo y requiere múltiples intervenciones.

Sin embargo, el tratamiento no puede ser único para todos. La adicción requiere un enfoque personalizado que combine apoyo médico, psicológico y social, adaptado a las necesidades individuales de cada persona. Además, las campañas educativas y la prevención desempeñan un papel crucial para reducir el estigma y fomentar una comprensión más amplia de este trastorno.

Conclusión

La adicción es un problema multifacético que es, en cierto sentido, contradictorio a las nociones de moralidad, responsabilidad y desorden. Sin embargo, a pesar de que la ciencia respalda su clasificación como una enfermedad, es importante enfatizar que los aspectos sociales, culturales y emocionales también son de una importancia sustancial.

Independientemente de la forma en que se categorice, lo que realmente importa es el hecho de que se debe administrar ayuda al adicto de una manera que sea alentadora, constructiva y que, por lo tanto, ayude significativamente en la recuperación. Cambiar el enfoque de la culpa a la comprensión es lo que cambiará la vida de millones. Es cierto que la adicción es un problema, pero recuperarse de ella no es imposible, siempre y cuando se cuente con el tipo adecuado de recursos.

dr oceanica
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