Ansiedad

Efectos del consumo de cristal en mujeres

Efectos del consumo de cristal en mujeres

 

La metanfetamina, conocida popularmente como “cristal”, es una droga extremadamente adictiva que actúa como un poderoso estimulante del sistema nervioso central. Fue creada hace más de un siglo como un derivado de la anfetamina y, en sus inicios, se utilizó en medicamentos como descongestionantes nasales e inhaladores bronquiales. Aunque comparte ciertas similitudes con la anfetamina, la metanfetamina tiene un efecto más intenso y duradero, lo que la hace mucho más peligrosa. Cuando se consume, grandes cantidades de esta droga llegan al cerebro, generando un impacto más profundo y dañino.

El cristal se presenta en forma de cristales blancos o transparentes, parecidos a fragmentos de vidrio o hielo, y puede ser ingerido, fumado, inhalado o inyectado. Sus efectos inmediatos incluyen una sensación de euforia, energía extrema y un aumento en la capacidad de concentración. Sin embargo, estos beneficios momentáneos tienen un costo elevado, ya que su consumo puede provocar graves consecuencias físicas, psicológicas y sociales.

El consumo de cristal en México

En México, el consumo de cristal ha ido en aumento en los últimos años, convirtiéndose en un problema de salud pública. En 2017, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) reveló que solo el 1.5% de los encuestados reportaron haber consumido metanfetamina. Sin embargo, esta cifra ha cambiado drásticamente. Según el Informe Mundial sobre las Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) de 2022, el número de personas que identifican al cristal como su principal droga de consumo ha aumentado un alarmante 218%.

En proporción de los usuarios de sexo femenino, aunque el consumo de drogas ha sido históricamente más prevalente en hombres, la proporción de mujeres usuarias ha aumentado casi un 50%, en ciertas regiones, como Querétaro, se ha observado un incremento del 35% en el consumo de cristal entre mujeres, afectando principalmente a zonas de bajos recursos o con altos índices de violencia.

Efectos a largo plazo del abuso de metanfetamina

El consumo prolongado de cristal puede tener efectos devastadores en la salud. Aunque inicialmente la droga genera sensaciones placenteras, con el tiempo puede causar graves daños físicos y mentales. Algunos de los efectos a largo plazo más comunes son:

  • Adicción: La metanfetamina es altamente adictiva, lo que lleva a los usuarios a necesitar dosis cada vez mayores para alcanzar el mismo efecto.
  • Psicosis: Los consumidores pueden experimentar paranoia, alucinaciones visuales y auditivas, y delirios persecutorios.
  • Cambios cerebrales: Estudios han demostrado que el abuso crónico de cristal altera la estructura y función del cerebro, afectando la memoria, las emociones y las habilidades cognitivas.
  • Problemas dentales: Conocidos como “boca de metanfetamina”, estos incluyen caries severas y pérdida de dientes debido a la sequedad bucal y la mala higiene.
  • Pérdida de peso extrema: La falta de apetito prolongada puede llevar a una desnutrición grave.
  • Trastornos emocionales: Ansiedad, depresión y comportamientos violentos son comunes en los usuarios crónicos.
  • Mayor riesgo de adicción: Las mujeres tienden a desarrollar dependencia al cristal más rápidamente que los hombres, un fenómeno conocido como “telescoping.” Esto puede deberse a una combinación de factores hormonales y diferencias en el sistema nervioso central.
  • Sistema hormonal: Las mujeres tienen ciclos hormonales que pueden amplificar los efectos de la metanfetamina. Durante ciertas fases del ciclo menstrual, la droga puede generar una mayor sensación de euforia, lo que podría aumentar la probabilidad de desarrollar dependencia. El cristal puede interrumpir los ciclos menstruales y causar infertilidad o problemas reproductivos.
  • Metabolismo y efectos en el cerebro: Las mujeres metabolizan la droga más rápido que los hombres, lo que puede aumentar su exposición a efectos neurotóxicos. Estudios han demostrado que las mujeres tienen una mayor susceptibilidad al daño cerebral inducido por el cristal, incluyendo pérdida de memoria, dificultades cognitivas y alteraciones en el sistema dopaminérgico.

Además, el consumo continuado de cristal puede generar tolerancia, lo que obliga a los usuarios a buscar métodos más intensos de administración, como el uso de agujas. Esto incrementa el riesgo de infecciones como el VIH y la hepatitis C, además de aumentar las probabilidades de sobredosis.

Depresión, psicosis y el cristal

El consumo de cristal está estrechamente relacionado con trastornos de salud mental, entre ellos la depresión y la psicosis. Muchos usuarios desarrollan síntomas depresivos severos, especialmente después de períodos prolongados de consumo. Estos síntomas incluyen:

  • Intensificación de la depresión: Las personas con trastornos depresivos preexistentes suelen experimentar un empeoramiento de sus síntomas.
  • Mayor riesgo de suicidio: La desesperación asociada al consumo crónico de metanfetamina puede llevar a intentos de suicidio.
  • Psicosis postconsumo: Algunos usuarios experimentan episodios psicóticos que incluyen alucinaciones y delirios persecutorios. Aunque estos episodios suelen durar horas, en casos graves los síntomas pueden persistir durante semanas o incluso meses.

Los estudios indican que en general las mujeres presentan más ansiedad y síntomas depresivos y también más problemas para adaptarse a la vida cotidiana que los hombres, iniciando el consumo más tarde que ellos, teniendo significativamente más edad cuando el patrón de consumo se convierte en problemático. Además, informan más problemas relacionados con la familia, la vida social y la salud mental y física, mientras que los hombres informan sobre una mayor criminalidad y por tanto problemas legales, además de problemas financieros

Riesgos del abuso de metanfetamina durante el embarazo

El consumo de cristal durante el embarazo representa un peligro serio tanto para la madre como para el bebé. Aunque los estudios en este campo son limitados, se han identificado varios riesgos asociados, como:

  • Partos prematuros: Las mujeres que consumen cristal tienen un mayor riesgo de dar a luz antes de tiempo.
  • Retraso en el crecimiento fetal: El desarrollo del bebé puede verse afectado, lo que resulta en un peso bajo al nacer y otras complicaciones.
  • Problemas en órganos vitales: Se han observado anormalidades en el corazón y el cerebro de bebés expuestos a la metanfetamina durante el embarazo.
  • Desprendimiento de la placenta: Una condición peligrosa que puede poner en riesgo la vida tanto de la madre como del bebé.

Además, los niños expuestos al cristal en el útero pueden enfrentar problemas cognitivos, dificultades en el desarrollo motor y trastornos emocionales a lo largo de su vida.

Tratamiento.

Otro dato destacable es el bajo porcentaje de mujeres que acuden a solicitar tratamiento (18.31%). Este fenómeno está en línea con lo encontrado en otras investigaciones en población, donde la proporción de mujeres en tratamiento suele oscilar entre el 11% y el 25% como máximo. Este índice reducido puede atribuirse, en gran medida, al estigma social que enfrentan las mujeres consumidoras de sustancias.

En muchas culturas, incluida la mexicana, las mujeres que luchan contra la adicción son juzgadas de manera más severa que los hombres. Esto se debe a expectativas sociales que las asocian con roles tradicionales, como el cuidado del hogar, la maternidad y la crianza de los hijos. Cuando estas expectativas se ven comprometidas por el consumo de sustancias, la sociedad suele responder con rechazo y condena. Este estigma no solo genera una barrera emocional que les impide buscar ayuda, sino que también refuerza sentimientos de culpa, vergüenza y aislamiento. Esto pone de relieve la necesidad de desarrollar programas sensibles al género que aborden tanto los prejuicios sociales como las barreras estructurales que enfrentan las mujeres en situación de consumo.

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Ulises Reyero

Terapeuta

dr oceanica
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