Al igual que muchas personas adictas a diferentes sustancias (alcohol, cocaína, metanfetaminas, heroína, tabaco), también existen individuos que son adictos a ciertas emociones que ciertas personas desencadenan en ellos. Esto se debe, principalmente, a que las emociones también liberan ciertas sustancias químicas en el cuerpo que pueden convertirse en adictivas. Un ejemplo muy claro de esta dependencia a las emociones generadas por otra persona se observa de manera clara en las relaciones de pareja o en las relaciones pasionales.
A esta tendencia emocional se le ha denominado codependencia, la cual ha sido considerada por los especialistas en psicología como una enfermedad que tiene como característica principal la falta de identidad propia, generando en el codependiente una pérdida de conexión total con su ser y con lo que siente para dedicarse únicamente al otro. En otras palabras, podemos decir que la persona codependiente es aquella que centra su total atención en una persona que le hace sentirse bien consigo misma; sin embargo, el exceso de esta tendencia no es positivo para la salud, pues este trastorno es considerado como una negación inconsciente de las propias emociones.
Hay que decir que los codependientes tienen la idea de que su valor como persona únicamente depende de la opinión que los demás tengan sobre ellos mismos. Podemos decir que dan más importancia a los demás que a ellos mismos, por lo que se crean un “Yo” falso, evadiendo así su verdadera personalidad, alejándose de sus propios sentimientos y sintiéndose completamente responsables por las acciones (buenas o malas) de los demás.
Asimismo, los codependientes se avergüenzan por lo que hacen las demás personas, pero también se toman las cosas de una manera muy personal, por lo que invierten una gran cantidad de su tiempo y de su energía en mantener una imagen o un estatus con el único fin de impresionar a los demás, pues su felicidad depende de lo que piensen los demás.
Lo cierto es que en todas las familias existe cierta disfuncionalidad; sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas que son codependientes es porque sufrieron algún tipo de abuso físico o verbal, aunque también pudieron haber sufrido el abandono de alguno de sus padres, ya sea físico o emocional. De esta manera, el codependiente busca alivio en los demás para “anestesiar” sus emociones y sentimientos de dolor; a veces lo hacen a través de sus relaciones de pareja, las cuales, en la mayoría de los casos son nocivas o mediante adicciones mundanas como el dinero, las drogas, la bebida o el sexo.
Así, las personas que sufren de codependencia están completamente atadas a su pasado, a lo que les sucedió dentro de su núcleo familiar, por lo que se sienten completamente torturados y destruidos por ello; sin embargo, en la gran mayoría de las ocasiones, el codependiente no se logra percatar de qué es lo que daña su ser. Por ello es que la codependencia es considerada como un mecanismo de defensa inconsciente que le resulta necesario para lograr sobrevivir y sentirse aceptado por los otros en determinadas circunstancias.
Por otra parte, es muy importante que usted sepa que ser una persona codependiente puede deberse a todo un conjunto de conductas relacionadas con la inadaptación y compulsión, las cuales fueron aprendidas dentro del núcleo familiar con el fin de sobrevivir a un ambiente que genera una gran tensión o pena emocional. Estos mecanismos de defensa pueden ser parte de la conducta adoptada por algún miembro de la familia como el alcoholismo, la drogadicción, el abuso sexual u otro de adicción o enfermedad que generan diversas reacciones entre los miembros de la familia.
Asimismo, existen condiciones externas como la pobreza que generan cierta codependencia hacia las demás personas. Esto sucede por el hecho de saber que no se tiene las mismas posibilidades económicas que los demás, por lo que es necesario apelar a la importancia que tiene el otro para que éste se olvide de juzgarnos por nuestra apariencia. En el caso de las mujeres que tienen padres adictos, tienden a repetir el patrón, por lo que se casan con otro adicto, aún sin que esta decisión sea consciente.
La realidad de estos casos es que el codependiente debe superar esta enfermedad, pues de no hacerlo, su vida será muy compleja y vivirá atormentándose por muchos años. Las personas codependientes deben acudir con especialistas en psicología para poder liberarse de todas aquellas vivencias que las marcaron durante su infancia y que hoy en día les ha obligado a depender de la opinión de los otros para sentirse bien consigo mismos. En estos casos, es posible acudir a diversas clínicas de adicciones para tratar esta enfermedad; sin embargo, es muy importante que si se pretende acudir a un espacio de esta naturaleza, se realice una investigación para conocer cuál de ellas es confiable.
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