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Redes sociales la nueva droga

Redes sociales ¿la nueva droga?

Adicción a las redes sociales y su impacto en la salud mental 

Las redes sociales han ganado popularidad en la última década, utilizamos estos medios para contactarnos con los demás como antes ocurría con las llamadas telefónicas y más allá de la comunicación, el uso de estas tecnologías permite compartir, a través de fotos, texto y video similares intereses, puntos de vista, experiencias e incluso expectativas. Sin embargo, con el crecimiento en el uso de las tecnologías, también ha aumentado los problemas asociados al uso y consumo de redes sociales. 

 

¿En realidad existe una “adicción” a las redes sociales?

El uso de redes sociales a menudo se atribuye al ocio o a la recreación, sin embargo, es importante tomar en cuenta diferentes características que pueden ayudar a identificar la delgada línea entre el uso no problemático de las redes sociales y su uso problemático, este último puede desarrollar una adicción. Actualmente, se habla de “adicción” al teléfono, videojuegos y redes sociales, no obstante, no todo uso de tecnología es adicción, por lo tanto es importante definir y delimitar a qué le vamos a llamar adicción. Normalmente cuando se habla de redes sociales, se hace referencia al uso del celular o uso de dispositivos móviles y no es así. Existen muchos motivos por los que se puede utilizar un celular, una tablet e incluso un videojuego. Puede ser por motivos de trabajo, por comunicación o estar pendiente respecto a algún tema o hacia alguien en particular, por ejemplo, aquellos padres que están en contacto con sus hijos o familiares que se comunican entre ellos, necesitando comunicación incluso varias veces al día. También puede haber uso de videojuegos o dispositivos electrónicos por ocio, sin que repercuta en las actividades diarias. 

 

Entonces ¿qué son las redes sociales?

Se llaman redes sociales al conjunto de aplicaciones y plataformas que tienen diferentes características y servicios: pueden ser medios sociales cuyo objetivo se caracteriza por realizar una comunidad (grupo de contactos) con los que puedes compartir intereses en común, ese es su principal meta, como por ejemplo Facebook. También sirve como mensajería instantánea como Messenger o Whatsapp. También funciona como microblogging, que es considerado como un diario personal en línea a través de imágenes, texto y sonidos, derivado de un blog que es un espacio diseñado para compartir, sin embargo, no con el dinamismo de un algoritmo como en una red social. También involucra sitio de citas donde se tiene la oportunidad de conocer personas con diferentes intereses desde relaciones relacionadas con el romance, amistades hasta aquellas relacionadas con necesidades y deseos.

Como tal no hay adicción a la tecnología, pero conectar con personas y las emociones placenteras que un “like” o comentarios positivos de apreciación a una foto, pensamiento, video o habilidad, puede producir un problema en la forma de usar la tecnología. 

 

¿Por qué podemos desarrollar una adicción a las redes sociales?

Existen modelos en psicología que ofrecen explicaciones de como el uso de las redes sociales se puede convertir en una adicción. De acuerdo con el modelo cognitivo conductual, el uso excesivo de redes es una consecuencia de pensamientos, creencias y deducciones que generan el “enganche” y aumenta el uso de redes sociales (Turel & Serenko, 2012). 

El modelo de de habilidades sociales propone que las personas con uso problemático de redes es consecuencia de la baja autopercepción de habilidades para interactuar, por lo que se facilita realizarlo a través de internet (López-Fernández et al., 2015).

Por otra parte, el modelo sociocognitivo menciona que el uso desmedido de redes es consecuencia de expectativas positivas, acceso a internet sin regulación o control y que poco a poco aumenta la demanda de su uso incluso con fines profesionales y académicos (López-Fernández et al., 2015). 

 

¿Las redes sociales generan los mismos efectos que las drogas? o ¿Cuándo podemos hablar de una adicción?

Existe evidencia de la similitud de los síntomas que puede generar el uso de redes sociales con el uso de sustancias psicoactivas, estos son: saliencia (enfoque o preocupación por su uso), modificación del estado del ánimo, tolerancia, abstinencia, recaídas e incluso incrementar la cantidad de tiempo y energía que son requeridas para realizar en otras actividades y como principal característica, ambas tienen recompensas inmediatas.  

De hecho, investigaciones recientes indican que el alto involucramiento con las redes sociales puede generar una distorsión cognitiva o creencia irracional de que otros quizá estén teniendo experiencias agradables o de recompensa y que uno no las está teniendo. Esta idea irracional ha sido llamado como FOMO, por sus siglas en inglés, Fear Of Missing Out o “miedo a perderse algo”. En estas investigaciones han demostrado que el FOMO ha sido asociado con un aumento del involucramiento con Facebook, bajo ánimo, baja percepción de bienestar y baja satisfacción con la vida. Este miedo a perderse algo puede ser información, una publicación, un mensaje de texto, una llamada o simplemente ser el primer pensamiento de una serie de ideas que pueden desencadenar creencias irracionales más complejas y generar sentimientos de insuficiencia y poca valía personal (Bunglass et al., 2017). 

 

Relacionado con el FOMO, se ha utilizado el término Nomofobia definido como el miedo al miedo irracional que sienten las personas al no tener su teléfono móvil. Derivado del actual incremento en su utilización y los distintos problemas que genera, el tema sobre el uso desmedido de la tecnología han desencadenado diferentes términos como FOMO, nomofobia o “ringxiety” que es la ansiedad por estar pendiente del teléfino móvil (Kuss & Griffin, 2017). 

 

En resumen, de acuerdo con las investigaciones se ha llegado a la conclusión de que las personas más que desarrollar una adicción a los teléfonos, tablet u otros dispositivos, son las ganancias o lo que genera emocionalmente el uso de estas, principalmente relacionadas con las redes sociales. Se ha visto que las personas jóvenes pueden ser mas propensos a desarrollar problemas en salud mental como una consecuencia del uso desmedido de las redes sociales, provocando, ansiedad, tristeza, angustia o una percepción de si mismos que afecte a su autoestima y calidad de vida. 

En clínica Oceánica tenemos tratamientos efectivos para crisis e incluso trastornos afectivos con estas herramientas y algunas más como las médicas para poder acompañarte en afrontar y resolver estos procesos emocionales, te invitamos a que descubras los tratamientos que tenemos para ti. 

Doctor Carlos
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