TRASTORNOS ALIMENTARIOS Y LAS FIESTAS NAVIDEÑAS
Las fiestas decembrinas representan para todos un momento de reunión familiar, armonía y amor, rodeados de todas aquellas actividades que representan estas fechas.
Empezamos a programar reuniones, viajes, visitas, algunas compras por el entusiasmo que genera compartir con otros un mensaje de gratitud o aprecio a través del simbolismo de objetos especiales para dar al ser querido.
Y así, no podemos olvidar que estas fechas unen a familias, amigos y colaboradores. Las mesas están llenas de diferentes alimentos y bebidas de la temporada.
Estas comidas representan la calidez y la recompensa que muchos disfrutan.
Es una época de permiso y búsqueda de placer. También ayuda a mejorar el estado de ánimo. Se permite disfrutar de cosas que durante el año se equilibran.
Sin embargo, qué sucede con aquellas personas que viven esta época desde un lugar diferente, desde un lugar de sufrimiento y no de goce, porque es justo en este momento del año que deberán enfrentarse en todo espacio y momento, a su principal miedo, el alimento.
En este caso, se hace referencia a toda aquella persona que enfrenta un trastorno alimentario y que en su día a día lucha por regular ese temor que debe enfrentar en diferentes momentos del día como su escenario habitual.
Ahora, estamos rodeados de mensajes que aumentan la necesidad de conectar a través de la comida. Esto sucede en eventos, reuniones familiares y regalos. Estos regalos a menudo son alimentos muy calóricos y procesados.
Para una persona con un trastorno alimentario, esto puede ser un gran riesgo. Si no logran la regulación y restricción que desean, pueden sufrir daño corporal.
Para dar un poco de más claridad a lo que se identifica como un trastorno alimentario, se destacarán las características de éstos.
De acuerdo al National Institute of Mental Health (2021), los trastornos de alimentación son enfermedades médicas graves, con una influencia biológica que se caracterizan por alteraciones graves de la conducta alimentaria.
Entre estos trastornos encontramos, como los principales, los siguientes:
1. Anorexia Nerviosa: se caracteriza por un gran miedo a subir de peso. Esto va acompañado de una fuerte restricción en la comida. También hay una alteración en la percepción del cuerpo, conocida como distorsión. Además, puede haber conductas compensatorias. Estas incluyen el vómito autoinducido, el ejercicio compulsivo o el uso de laxantes. Esto sucede incluso si la porción de comida fue muy pequeña.
Una característica importante es que la persona va a buscar disminuir más de peso a pesar de encontrarse en el mínimo indispensable para su edad y talla.
2.Bulimia Nerviosa: la presencia de atracones y conductas compensatorias es lo que lo caracteriza. Un atracón es cuando una persona come grandes cantidades de comida en un tiempo corto y con una sensación de no poder parar de comer. Secundario a la ingesta de grandes cantidades de alimento, se presenta una conducta compensatoria que busca eliminar lo consumido ya sea a través del vómito autoinducido, el ejercicio compulsivo, ayunos o restricciones alimentarias, uso de medicamentos o laxantes.
El rechazo y disgusto por la imagen corporal siempre están presentes. Generalmente por el gran consumo calórico que se tiene, en este padecimiento es esperado que exista un sobrepeso u obesidad.
3.Trastorno por atracón: En el trastorno por atracón básicamente se habla de la presencia de consumo de grandes cantidades de alimentos, en un periodo corto de tiempo y una sensación de pérdida de control sobre la ingesta. En este caso, no existe una conducta compensatoria pero sí un malestar significativo con el cuerpo y rechazo del mismo.
En estos tres tipos de problemas, hay una gran dificultad para tener hábitos alimentarios saludables. Esto está relacionado con un fuerte rechazo hacia el cuerpo. Esto lleva a la persona a buscar, a través de la comida, sanar emociones conflictivas. También busca aceptación y mantener una sensación de control sobre lo externo. La comida y el cuerpo simbolizan el mundo interno.
Sea cual sea el tipo de trastorno de alimentación que se presenta, la inconformidad de la persona consigo misma es alarmante y genera mucho sufrimiento, llevándola a conductas de riesgo que, además, están directamente asociadas con otras alteraciones de salud mental que no han sido identificadas hasta ese momento, ejemplo de ello es la depresión y la ansiedad.
Por lo que teniendo cómo antecedente lo que implica vivir un trastorno de alimentación, traslademos el escenario a un ambiente festivo y de acercamiento con otros, como lo es la Navidad y el Año Nuevo. Esos momentos que muchos esperan con ilusión, para quienes tienen un trastorno de alimentación, son muy difíciles. Esta época del año trae mucho miedo y la búsqueda de nuevas formas poco saludables para aparentar normalidad, aunque en realidad no la hay.
En la mente de una persona con un trastorno de alimentación, hay pensamientos distorsionados. Estos pensamientos conectan el malestar actual con el miedo al sufrimiento futuro. Esto incluye la idea de compartir momentos de “felicidad” con otros. Sin embargo, no se siente realmente feliz. También se trata de convivir con alimentos y recibir cariño a través de ellos. Pero solo se piensa en evitar cualquier bocado. Además, hay miedo a no poder controlar un posible atracón.
¿Cuáles serán aquellos espacios en que se podrá aislar para compensar?, ese será otro pensamiento que preocupará, o si los demás se darán cuenta de cómo está comiendo, la cantidad de comida que está consumiendo o comparar la ingesta de otros con la propia.
Además, en esta época se presta mucha atención a la ropa. Es importante cómo te presentas en cada evento. También hay otras personas que seguramente se verán mejor.
Se intenta tener ese control en la planeación, sabiendo de antemano que no será posible porque el malestar permanecerá. Hablamos de vivencias dolorosas, no expresadas, y encapsuladas en una máscara de bienestar y satisfacción, tratando incansablemente que el otro perciba esta normalidad que en la mente dejó de existir mucho tiempo atrás.
Como se puede ver, el dolor interno en estos casos no se resolverá fácilmente. Esto se debe a la tendencia a mantener secretos. Sin embargo, debemos estar atentos como familiares y amigos. Si sospechamos que alguna de las características mencionadas está presente, debemos actuar. También si ya las hemos identificado antes.
¿Cómo ayudar a una persona que sufre un trastorno de alimentación en una fiesta decembrina?
Es muy probable que conociendo las características de un trastorno de alimentación, se pueda identificar la problemática en algún ser querido.
Señales como cambios en el peso, irritabilidad, aislamiento y problemas con la comida son importantes. También hay enojo al hablar de comida o del cuerpo. Algunas personas se escapan al baño o a su cuarto después de comer. Pueden tener rituales, como cortar las porciones muy pequeñas o comer grandes bocados. Además, a menudo escuchamos o vemos una autoevaluación negativa en ellas.
Es muy importante ser empáticos. Debemos escuchar las emociones de los demás. Hay que evitar juicios sobre el cuerpo y la comida. Busquemos espacios para comunicarnos que no estén relacionados con la comida. También es bueno encontrar formas de reforzar la relación. Podemos compartir tiempo, actividades o gustos. Esto ayuda a que la otra persona vea su valor de una manera diferente.
Vienen estas fechas llenas de ilusión pero también de dolor para muchas otras personas, por lo que de identificar a algún familiar que pudiera estar viviendo alguna situación similar ante la próxima llegada de la Navidad o el Año Nuevo, se recomienda buscar ayuda y atender oportunamente lo que puede convertirse en una situación de gran riesgo.
En Oceánica te acompañamos en este proceso y ahora que se acercan las fechas decembrinas, llámanos y con gusto te orientamos, ya sea que tú padezcas alguna de estas enfermedades o hayas identificado a algún ser amado que lo viva. Estamos para acompañarte.