Silenciosa y sin esfuerzo poco a poco la persona que vive con la codependencia deja de vivir su vida por proteger a los que la lastiman.
Una mujer que vivió y protegió muchos años a su marido alcohólico y drogadicto, termino con su matrimonio después de 20 años de casados. El divorcio no ha sido nada fácil, ya que negociar con una persona que no tiene límites, ni conoce de razones es prácticamente imposible. Sin embargo uno de sus problemas mayores hoy en día, no es la lucha con los abogados ni con su ex marido. La lucha más difícil que tiene, es con ella misma y con la relación que lleva con sus hijas.
Muchos años vivieron en un hogar disfuncional, aterradas por la agresión y el maltrato del padre cuando él estaba intoxicado. Mil y una veces la mujer, ponía excusas y sobreprotegía la enfermedad de su marido. Ya sea por vergüenza de que nadie lo viera en sus condiciones deplorables. Por proteger la imagen de la familia, por cuidar a sus hijas, por no confrontar sus problemas o simplemente por miedo a que su marido de desquitara con ella.
Además, también tenían los momentos de lucidez, de amor y de seducción, donde el marido manipulaba a todos en la casa, donde él les prometía el oro, el sol y las estrellas. Donde él era un encanto y sin querer… ellas le creían, teniendo fe de que él iba a cambiar. Todas tenían la gran esperanza de que su padre, sería el proveedor y protector adorado que les iba a dar una muy buena calidad de vida.
Así pasaron 20 años, entre miedo, esperanza y dolor. Tiempo que solo ayudo para fincar un nuevo problema la codependencia familiar. Por un lado, no era sano para nadie vivir con el padre intoxicado, pero por el otro la culpa de abandonarlo y la esperanza de sanarlo, permito que ellas aprendieran a vivir con él.
Ahora después de tantos años de vivir en un hogar enfermo, la madre ha decidido tomar valor y finalmente dejar a su marido. La cuestión es que ahora, las hijas ya mayores tienen problemas con el tipo de hombres que ellas se están relacionando. Ellas quieren proteger, ayudar y tomar la responsabilidad de sacar adelante a hombres que aunque no toman, ni consumen drogas, tampoco trabajan, ni se quiere superar.
La madre que se siente culpable por haberse permitido vivir con su marido hundido en las adicciones, ahora sobreprotege a sus hijas y las apoya en todas sus acciones. No importa que ellas estén imitando el ejemplo de su madre, justifican a sus novios y amigas. Se dejan dominar y sienten que es su responsabilidad cuidar y ayudar a sanar a una persona que ni siquiera tienen la mínima intensión de tomar conciencia y vivir mejor.
Tristemente, la codependencia y el miedo a confrontar la realidad, terminaron intoxicando a toda la familia. Esta es una enfermedad real que se debe de tratar con la misma seriedad que cualquier otra enfermedad.
La codependencia adormece los sentimientos, mata las emociones y evita que la persona pueda vivir con paz y felicidad. Esta es una enfermedad muy desgastante que hace que las personas vivan con miedo y angustia continua. Esta se inicia por la necesidad de protegerse a uno mismo y satisfacer las necesidades personales. Todo esto se hace con el fin de sobrevivir, mental, emocionalmente y en algunos casos físicamente.
La codependencia trata de enfrentar el mundo disfuncional y doloroso de la mejor manera que pueda. El ser codependiente no es un crimen, ni un privilegio, es simplemente una forma equivocada para sobrevivir.
¿Cuáles son los síntomas de la Codependencia?
1.- Dificultad para establecer y mantener relaciones íntimas sanas
2.- Congelamiento emocional
3.- Perfeccionismo
4.- Necesidad obsesiva de controlar la conducta de otros
5.- Conductas compulsivas
6.- Sentirse sobre responsables por las conductas de otros
7.- Profundos sentimientos de incapacidad
8.- Vergüenza
9.- Autoimagen negativa
10.- Dependencia de la aprobación externa
11.- Dolores de cabeza y espalda crónicos
12.– Gastritis y diarrea crónicas
13.- Depresión
La codependencia se puede curar. Hay recursos abundantes y personas profesionales que pueden ayudar a que esta enfermedad tenga un fin. Es importante pedir ayuda y estar consiente que todo lo que es aprendido se puede redirigir. Existen técnicas especializadas y muchos tratamientos así como lecturas que apoyan a mejorar esta condición.
Lo más importante es estar consiente, estar decidido a cambiar y querer tener una mejor vida.
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