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Entendiendo el tratamiento para el alcoholismo

Para poder hablar del tratamiento para el alcoholismo, es importante que se parta de saber qué es este padecimiento, el cual genera una gran necesidad de ingerir alcohol. Esta enfermedad crónica, afecta la salud a nivel físico y mental, pero trae también consecuencias que trasgreden a la persona que la padece, afectando las capacidades sociales y las relaciones familiares del paciente, así como las responsabilidades laborales.

Actualmente,  aún no se ha podido determinar una causa común entre las personas que padecen esta enfermedad, sin embargo, existen dos tipos de dependencia que se pueden asociar a la adicción, las cuales son: física y psicológica. Así pues, la dependencia física es posible detectarla cuando se interrumpe el consumo de la sustancia y que entre sus síntomas más comunes se encuentra la sudoración o temblores incontrolables.

En el caso de la dependencia psicológica, esta se revela al momento en que el consumidor aprende que el alcohol “da poder sobre cualquier situación”, al estar situado en este punto, el individuo comienza a esperar resultados del alcohol, como lo es beber para conseguir ese efecto que lo hace sentirse dueño del mundo y no pensar en lo que sus acciones le pueden acarrear.

Es importante destacar, que puede existir una predisposición genética a desarrollar alcoholismo por parte de alguien que tiene padres alcohólicos. Esta tendencia puede estar determinada por un genoma, el cual indudablemente es transferido por parte de los progenitores, sin importar que su adicción se haya presentado en un pasado lejano con respecto al momento en que decidieron traer un hijo al mundo.

Ahora bien, se debe señalar que existen dos tipos de alcoholismo, los cuales están catalogados como tipo I y tipo II, cada uno de ellos cuenta con una sustancia (alcohol) en común, sin embargo, se diferencian por la edad en la que se comenzó a consumir, a continuación se explicarán su características:

  • El alcoholismo tipo I: se presenta en personas que se encuentran en la edad adulta, las cuales pueden tener etapas grandes de ingesta de alcohol, separadas por tiempos de abstinencia, sin embargo, estos periodos se vuelven cada vez más pequeños hasta que se alcanza una verdadera dependencia; esta actitud por parte de las personas desarrolla enfermedades hepáticas.
  • Alcoholismo tipo II: este tipo de alcoholismo se desarrolla en la adolescencia y se asocia a un historial violento y de arresto policial. No cuenta con características de aumento progresivo en el consumo de la sustancia.

Además, durante el embarazo este tipo de droga es la principal causa de anomalías físicas y mentales, que se producen durante la gestación. Así pues, cuando una mujer que se encuentra encinta, ingiere alcohol, se arriesga a dar a luz a un bebé que usualmente llega a tener deficiencias mentales y físicas importantes, algunas irreversibles.

De 750 niños que nacen, uno presenta un cuadro de problemas físicos referente a sus funciones, mejor conocido como el síndrome del alcoholismo fetal. Entre los síntomas que se observan en estos bebés, están los siguientes: bajo peso, retraso en el crecimiento y el desarrollo, disfunciones orgánicas, epilepsia, escasas habilidades sociales, entre otras.

Es importante resaltar que el alcoholismo no se determina por la cantidad ingerida en un periodo determinado, sino por que las personas afectadas por la enfermedad pueden desarrollar patrones muy diferentes de comportamientos, pues muchas veces estos aparecen entre consumidores que hacen ingestas diarias, semanales, mensuales o sin una periodicidad recurrente.

Además, cada vez que se mantiene un consumo excesivo y prolongado del alcohol, se obliga al organismo a necesitar más y más de esta sustancia, debido a que los efectos no son percibidos de la misma manera. Esta actividad lleva por nombre “tolerancia aumentada”, la cual desencadena en un mecanismo que se adapta al cuerpo hasta que se llega al límite en donde se invierte la tolerancia, es aquí cuando se resiste menos.

Cabe señalar que las muertes por accidentes que se relacionan con el alcohol, son en muchos países la primera causa de decesos. En México se ha comenzado a tomar medidas de seguridad para garantizar la vida de los ciudadanos en la medida de lo posible, ya que manejar en estado de ebriedad sigue siendo una de las mayores preocupaciones para las instituciones y nuestro gobierno a pesar de que aquí las principales causas de muerte son de otra índole.

Además, cabe destacar que el consumo de esta sustancia reduce considerablemente las probabilidades de sobrevivir a una cirugía en caso de ser necesaria después de un accidente de tránsito, esto naturalmente aplica también para cualquier otra intervención. Desafortunadamente, los fallecimientos que ocurren en la vía pública por un accidente de tránsito, casi siempre son relacionados a conductores que habían ingerido alcohol. Por ello, es recomendable no beber si se va a conducir, así como no subirse a un vehículo que vaya a manejar una persona en estado de ebriedad, como no permitir que todo aquel familiar o amigo conduzca en estado etílico.

Ahora bien, es recomendable que al momento de considerar un tratamiento para el alcoholismo, se tengan analizados los siguientes consejos: reconocimiento del programa, terapias de aversión, desintoxicación, programas de rehabilitación. Por otro lado, al comenzar un tratamiento de este tipo, se debe comenzar por reconocer el problema que se está teniendo, ya que está asociado a la negación del asunto.

Una vez que se reconoce que se tiene un problema, es importante que la persona afectada comience con un periodo de abstinencia de alcohol, ya que es a partir de este momento cuando se puede comenzar con programas que puedan rehabilitarlo para su integración a la sociedad, así como para poder asegurar que no vuelva a ingerir esta sustancia que es nociva para su salud.

En Oceánica contamos con un tratamiento para el alcoholismo, diseñado para todo aquel individuo que sufra de esta enfermedad, el principal objetivo es poder ayudar a toda persona que esté pasando por los síntomas de abstinencia, así como aquellas que tienen antojos de esta sustancia. Sabemos que la recuperación es un proceso gradual, el cual es de por vida y necesita mucho coraje y determinación.

Nuestra clínica cuenta con un equipo especializado para poder brindar una esperanza a quienes sufren esta enfermedad, ya que desarrollamos un exitoso programa que busca contrarrestar el alcoholismo, en el cual es posible que se recupere la salud, el trabajo, la familia y todo aquel elemento que le importe a nuestro paciente. Llámenos, no se arrepentirá.

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